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Anata Andina llenó de colorido a Oruro antes de la fiesta grande del Carnaval

Ayer en medio de mucho entusiasmo y colorido se celebró la XXIII versión de la Anata Andina, que se constituyó en una nueva demostración de la fiesta de reciprocidad con la naturaleza y agradecimiento a la Pachamama (madre Tierra), celebración que se vivió a pocas horas de la fiesta grande del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

El inicio de la entrada autóctona estaba previsto para las 07:00 horas, pero comenzó casi una hora y media después, porque se esperaba el arribo del primer mandatario del país, Evo Morales Ayma, quien en definitiva no ingresó con la comitiva sino que aguardó en inmediaciones de la Gobernación de Oruro, donde se cumplió con un ritual de agradecimiento a la Pachamama.

Participaron pobladores de más de 106 comunidades del departamento de Oruro y algunos de la ciudad de La Paz, quienes bailaron al ritmo de instrumentos musicales característicos de cada región, que son interpretados en época de Jallupacha (tiempo de lluvia), haciendo gala además de su vestimenta tradicional y de la producción de cada comunidad.

Hombres y mujeres engalanados según el color de su ayllu, entre polleras rojas, verdes y cafés, en todos los conjuntos autóctonos demostraron coreografía, alegría y colorido, además de realizar rituales especiales en lugares determinados, siempre como ofrenda a la madre Tierra o Pachamama. Después de participar de todo el recorrido que culminaba en la plaza del Folklore, afuera del Santuario de Nuestra Señora del Socavón, algunos cumplían en el lugar con rituales tradicionales, como la ch’alla de los bastones de mando de las autoridades originarias.

Como parte de su vestimenta los participantes de la Anata Andina, lucían en sus espaldas o en sus sombreros hojas y flores de plantas que producen en sus regiones.

De acuerdo con el calendario agrícola, el festejo del Carnaval coincide con las primeras cosechas de los cultivos del área rural, por tal motivo se produce una importante celebración con danzas, música y grandes apthapis o banquetes andinos.

La naturaleza, la persona y la divinidad juegan el ritual de la renovación, de la creación del mundo y de la naturaleza. Los hombres, mujeres, ancianos y niños, celebran el nacimiento del mundo en la figura simbólica de la ch’alla de la papa.
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