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El Phujllay y Ayarichi son Patrimonio de la Humanidad

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) inscribió a la lista representativa de Patrimonio Cultural de la Humanidad al Phujllay y Ayarichi: música y danzas de la cultura Yampara de Chuquisaca.

La información fue brindada por el embajador de Bolivia ante la Unesco, Sergio Cáceres, quien explicó que el Comité de Patrimonio Inmaterial procedió a la respectiva inscripción.

"Alguien me decía habría que ponerse monteras y salir con los pinquillos y las espuelas para celebrar, porque el Phujllay y el Ayarichi ahora son Patrimonio de la Humanidad", dijo Cáceres en un contacto con la radio estatal Patria Nueva.

La información también fue ratificada a través de una nota de la Unesco y el propio ministro de Culturas, Pablo Groux, agradeció esta inscripción cuando tomó la palabra en la sede de la organización internacional la mañana de este miércoles.



Phujllay y Ayarichi

El Pujllay y Ayarichi son formas musicales y coreográficas de la cultura Yampara que se complementan formando un todo. El Pujllay se practica en la época de lluvias y el Ayarichi en la temporada seca.

El Phujllay lo ejecutan principalmente hombres en el transcurso de un ritual del mismo nombre que celebra la renovación de la vida y la abundancia traída por la época de las lluvias.

Los sonidos, bailes y atuendos evocan al "Tata Phujllay", ente que posee una energía desbordante. Asimismo, un grupo de músicos toca con varias flautas y una especie de clarinete de cuerno. Por su parte, los danzarines, suntuosamente vestidos como el "Tata Phujllay", giran alrededor de un gran altar adornado con alimentos, en señal de abundancia.

El Ayarichi se baila en fiestas dedicadas a los diferentes santos católicos que rigen el orden social y cósmico e influyen en la conservación de la vida. El grupo de ejecutantes de este ritual comprende cuatro músicos-bailarines -que tocan simultáneamente una "flauta de pan" y un tambor- y unas dos a cuatro bailarinas. De la confección de los trajes se encargan artesanas. La ejecución de ambos ritos moviliza un vasto conjunto de redes comunitarias que aportan bebidas y alimentos en abundancia. La transmisión de los conocimientos y técnicas musicales y coreográficas a los niños se efectúa generalmente mediante juegos colectivos infantiles y la observación de los adultos, sin intervención directa de estos últimos.

El Phujllay y Ayarichi contribuyen a la unidad de las comunidades de cultura Yampara en la medida en que constituyen un medio privilegiado de comunicación con la naturaleza.
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