Decenas de personas protagonizaron ayer una protesta airada, en la Casa Municipal de la Cultura, "Javier Echenique Álvarez", intentando conseguir fichas para asientos en la ruta de la Entrada de Peregrinación del Carnaval de Oruro, llegando a romper puertas y vidrios, además de agredir a funcionarios de la Alcaldía y a policías que fueron a resguardar los ambientes.
Durante la jornada de jueves, el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO), realizó la venta de los tickets. El precio de 75 bolivianos por asiento, era atractivo para muchos ciudadanos, considerando que en la avenida 6 de Agosto, los precios oscilan entre 250 y 500 bolivianos.
Sin embargo, no sólo habían personas que buscaban boletos para sí mismos, sino que, de acuerdo al testimonio de algunos servidores públicos, habían algunas personas conocidas por ser revendedoras, e incluso se identificó a una señora que tendría metros lineales en una bocacalle.
"La gente estaba reclamando en la puerta exigiendo asientos, pero ya no quedaban o había nada más 10 restantes. Entonces una señora se trepó y los demás lograron sacar la reja de su lugar y entraron, rompieron vidrios y nos lanzaron piedras, agrediendo a algunos policías", relató una trabajadora del municipio, que prefiere mantenerse en el anonimato.
Algunas personas que buscaban obtener sus boletos, al ver la violencia desatada prefirieron hacerse un lado, pues la Policía que había acudido al llamado de los funcionarios del municipio, empezó a lanzar gas pimienta para dispersar a los iracundos compradores, probablemente revendedores.
"Yo sólo quería comprar 2 asientos, para mí y para mi esposa, nada más. Pero lamentablemente ha pasado esto, aunque también ha sido culpa de los responsables, porque han dicho que había 400 tickets y hemos contado, pero apenas han vendido 75", asegura una persona que se quedó hasta horas de la noche, aguardando para ver si se reanudaba la venta.
Algunos compradores frustrados, anunciaron posibles protestas ante el edificio principal de la Alcaldía, porque consideran que fueron agredidos injustamente por la Policía, después de haber dañado el inmueble municipal.