La ritualidad del Wititi tiene su origen en el municipio de Patacamaya del departamento de La Paz y se manifiesta en un contexto festivo como en la Fiesta de la Santa Concepción (8 de diciembre) y actualmente está presente en festividades folclóricas del país como el Carnaval de Oruro y la entrada universitaria de la Universidad Mayor de San Andrés.
El término Wititi proviene de dos corrientes explicativas; primero, el soplo de los pitos de caña que emite un sonido “wiw wiw”; y segundo, del andar de prisa de los pájaros de la zona similar al ritmo de la danza.
La danza del Wititi está compuesta por cuatro figuras: el Wititi, reconocido por una máscara que simboliza el sol, viste un angosto calzón muy similar a una malla, además de una faja llamada rimanasu, una bolsita (ch’uspa) y un característico lazo. En su traje priman los tonos rojos, la “señorita” que lleva en una mano un bastón y en la otra un pañuelo blanco ejecuta pasos de baile lento, con vaivenes de adelante hacia atrás. También destaca la presencia de un cóndor y músicos que interpretan instrumentos de viento llamados pinkillos y tambores (wankara).
El 12 de agosto, el proyecto fue tratado y aprobado por la Cámara de Diputados. Entonces, el ministro de Culturas, Marko Machicao, explicó a los asambleístas que la importancia de declarar al Wititi como patrimonio radica en su preservación y protección. “Estamos obligados a buscar mecanismos de preservación y permanencia en el tiempo, para garantizar que siguientes generaciones puedan representar (y bailar) al Wititi” así como “proteger al Wititi como expresión cultural boliviana frente a otros países de la región”.