La caravana fue encabezada por la imagen de la “mamita Candila” y una comitiva de autoridades locales. Al ritmo de las bandas, los bailarines prometieron a la Virgen del Socavón que el próximo sábado peregrinarán hasta su santuario, donde entrarán de rodillas para conseguir su bendición.
La promesa también sirvió como ensayo para la entrada del próximo sábado. Se midieron tiempos y espacios en algunos sectores del recorrido. Las graderías fueron armadas con cobertizos para evitar que los espectadores se mojen. El frío no fue impedimento para la diversión.
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